EL:
El tema ¨Who is God?¨de Rakim sonaba en los altavoces mientras
Ashram se liaba uno de sus cigarrillos y esperaba a Lynazz, hacía
tiempo que no hablaban ni se veían tras decidir que cada uno
necesitaba tiempo para si mismo.
El estaba algo nervioso por volver a tener contacto con ella, a su mente
acudían sin cesar los recuerdos que en el pasado le habían sacado
tantas sonrisas.
Unos tímidos golpes en la puerta le sacaron de su ensimismamiento.
Ella había llegado.
Fue hasta la entrada y abrió la puerta, allí estaba ella tan radiante
como siempre, hermosa como la que más con esa figura que irradiaba
sensualidad, pero viéndose en su mirada aún parte de la inocencia que
lo había cautivado.
No llegaba a comprender como un amor como el de ellos había acabado así
sin más, sin respuestas a las tantas preguntas que tenía dentro de él.
De algo estaba seguro, acabase como acabe esa noche ella siempre
sería especial para él.
ELLA:
Realmente no sabia como iba a actuar delante de él, cuando le viese y lo
tuviese frente a frente.
El había sido el amor mas grande que tuvo en su vida, era algo
que nadie se imaginaria que acabaría así.
Ellos habían sido amigos, cómplices, compañeros, amantes, dos locos
enamorados perdidamente el uno del otro, y no por el físico, que también,
si no por su personalidad.
El la había echo sonreír, había sido su maestro, le había sacado de esa oscuridad
que poco a poco la iba consumiendo, le había abierto los ojos para ver el
mundo tal y como era, como la cruda verdad lo consumía, la había echo soñar,
enloquecer, volar a lo mas alto de las nubes.
Ensimismada en sus pensamientos ahí se encontraba ahora, justo delante de
la entrada,se removió nerviosa y dio unos golpecitos a la puerta, dos segundos
después ahí estaba él.
Alto, hermoso y poderoso, desgarradamente atractivo,
con su mirada juguetona de siempre pero esta vez había algo más, algún sentimiento
oculto que ella no lograba descifrar.
Su magnetismo la atraía como un imán y no podía ni quería en ese momento
resistirse a él, siempre lo había sabido aunque intentara negárselo, Ashram seguía
siendo su gran debilidad.
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